Perforaciones a distintas profundidades dependiendo de la resistividad del terreno, buscando un camino de poca resistencia a cualquier corriente de fuga, con el fin de que se descargue a tierra y no a través del usuario.
Una vez alcanzada la profundidad se instalan electrodos de acero cobreados, uniendo conductores con soldaduras termoalumínicas y relleno de sales hidroscópicas, rematado en superficie con arqueta de PVC.
Cada día se exigen valores de resistencia mas bajos para atender la sensibilidad de algunos equipos eléctricos.